Cómo evitar ataques cardiacos

Cómo evitar ataques cardiacos

Un ataque cardíaco ocurre cuando se ve afectada la circulación sanguínea, la cual se interrumpe por la obstrucción de una de las arterias coronarias que llevan la sangre oxigenada al corazón.

Sin el suministro de oxígeno, las células coronarias pueden morir si el flujo no se reestablece rápidamente.

Por lo general, el bloqueo del flujo sanguíneo se debe a la acumulación de colesterol, grasa o cualquier otra sustancia que forma una placa dentro de las arterias. Y, al desprenderse de la pared arterial, forma un coágulo que obstaculiza el paso de la sangre.

En estos casos se pueden producir ataques cardiacos, así vamos a conocer cuáles son las causas más comunes y cómo podemos evitarlos.

¿Cuáles son las causas de un ataque cardíaco?

Entre las principales causas de ataque cardíaco, se encuentra la cardiopatía isquémica que se origina debido a la contracción de las arterias coronarias

Esta reducción arterial hace que el flujo de la sangre disminuya o se vea interrumpido, y así la sangre no llegará al músculo cardíaco.

La cardiopatía isquémica puede ser originada por la arterioesclerosis, la cual se produce cuando las paredes de las arterias se engrosan y endurecen, produciendo obstrucción del paso de la sangre al corazón.

Por lo general, la arterioesclerosis no presenta síntomas y esto es debido a que aun cuando una arteria obstruida restringe el paso de la sangre, los vasos sanguíneos se ensanchan y compensan la falta de sangre y esto evita que se presenten signos alarmantes.

Este ensanchamiento de los vasos (llamado circulación colateral), puede ayudar a evitar infartos al miocardio, ya que le aportan la sangre que necesita el corazón. También ayuda a la recuperación del músculo cardíaco después de un ataque.

El flujo de la sangre al corazón también se puede ver afectado por insuficiencia cardíaca, trastornos de los vasos sanguíneos, tejido cicatricial u otros factores que disminuyan el ritmo cardíaco.

Otra de las causas que puede ocasionar ataques al corazón, es cuando se produce un espasmo severo y súbito en la arteria coronaria que impide el suministro de sangre. Esto puede ocurrir sin que exista una enfermedad arterial.

Estos espasmos arteriales se pueden producir por la exposición a frío intenso, el tabaquismo, a una tensión emocional severa o al consumo de sustancias estupefacientes ilícitas.

¿Cuáles son los factores de riesgo de un ataque cardíaco?

Se les llama factores de riesgo, a los elementos que ayudan a incrementar las posibilidades de sufrir de una enfermedad.

A mayor cantidad de factores de riesgo en una persona, las probabilidades de un ataque cardiaco serán también mayores. Existen tres categorías en este caso:

Factores de riesgo que no se pueden cambiar

Se trata de aquellos que no podemos cambiar. Entre ellos podemos mencionar:

  • La edad

Las personas con más de 65 años, están más propensas a sufrir de enfermedades coronarias, debido a que la actividad cardíaca comienza a deteriorarse.

Las paredes del corazón pueden aumentar su grosor y las arterias pierden flexibilidad, se ensanchan y se endurecen. Además, el corazón deja de ser eficiente y la sangre no circula con normalidad.

Algo para destacar, es que las mujeres tienen menos riesgo de sufrir ataques al corazón a temprana edad. Esto se debe a que las hormonas sexuales las protegen hasta la menopausia, cuando el riesgo se hace mayor.

  • Herencia (se incluye la raza)

Por lo general, las enfermedades del corazón suelen ser hereditarias. Una persona cuyos padres presente alguna cardiopatía, seguramente desarrollará alguno de estos padecimientos.

Las enfermedades del corazón tienden a ser más comunes en ciertos grupos étnicos. Por ejemplo, los afroamericanos suelen padecer de hipertensión arterial aguda y están más propensos a sufrir cardiopatías que las personas caucásicas.

Factores de riesgo que se pueden modificar o controlar

Se refiere a lo que podemos evitar o cambiar, para disminuir las posibilidades de sufrir de ataques al corazón. Entre ellos se encuentran:

  • El tabaquismo

Las personas fumadoras tienen mayor riesgo de sufrir cardiopatías y de enfermedad vascular periférica. El tabaco contiene nicotina, alquitrán, monóxido de carbono y otras sustancias que aumentan la presión arterial y producen daños al corazón.

  • La hipertensión arterial

Incrementa la carga del trabajo del corazón, lo que ocasiona que aumente el grosor del músculo cardíaco y su rigidez. Esta inflexibilidad hace que el órgano cardíaco funcione de forma anormal que puede producir infarto al miocardio, insuficiencia cardíaca, entre otros.

  • Colesterol elevado

El colesterol es una sustancia grasa producida por el hígado y que viaja por el organismo a través de la sangre. Cuando se transporta demasiada cantidad de este lípido, se comienza a acumular en las paredes arteriales formando una placa.

Entonces, cuando se origina esta placa en las arterias, se comienza a desarrollar la enfermedad de la arterosclerosis, aumentando así el riesgo de sufrir un ataque al corazón.

  • La diabetes

Estudios han demostrado que el 65% de los diabéticos mayores de 65 años, mueren por alguna cardiopatía. La probabilidad aumenta en aquellas personas con diabetes mellitus del adulto tipo II que no son insulinodependientes.

Esto se debe a que los niveles altos de azúcar en la sangre, aumentan el riesgo de sufrir de alguna enfermedad cardiovascular. De allí que los diabéticos deben tener un estricto control médico de la glucosa, para minimizar los peligros de sufrir de enfermedades coronarias.

  • La obesidad y el sobrepeso

Una persona obesa o con sobrepeso, así no tenga ningún otro factor de riesgo, está muy propensa a sufrir de alguna enfermedad cardíaca. Una persona con excesivo peso, puede desarrollar diabetes del tipo II, presión arterial alta y elevados niveles de colesterol.

Otros factores contribuyentes

El estrés, el alcohol y una mala alimentación, son elementos que incrementan los factores de riesgo que ya hemos mencionado. De allí, lo importante de evitar el estrés, no ingerir licor en exceso y tener una dieta balanceada combinada con actividad física.

¿El corazón queda dañado de forma permanente tras un ataque cardíaco?

Cuando se produce un ataque al corazón, el músculo sufre lesiones por la falta de circulación de sangre oxigenada. El tamaño del daño va a depender del área que haya sido afectada por la falta de irrigación sanguínea (por la arteria obstruida) y del tiempo que haya durado el bloqueo.

La zona afectada tarda varias semanas en curarse produciendo un tejido cicatricial. Este proceso va a depender del tamaño de la lesión y de la capacidad que tenga el organismo para curarse. Con un cambio del estilo de vida y un tratamiento adecuado, se pueden evitar más daños.

El área del corazón que no haya sido afectada podrá seguir trabajando, aunque es posible que disminuya su capacidad de bombear sangre con la misma intensidad con la que lo hacía antes de sufrir la lesión. ¡Es muy probable que se comience a padecer de enfermedad coronaria!

¿Existe alguna diferencia entre ataque al corazón y un paro cardíaco?

Muchas veces la gente utiliza los dos términos de forma indistinta, sin embargo, se trata de dos eventos muy diferentes. Como ya dijimos, el ataque al corazón se produce cuando se presenta un bloqueo arterial que impide la circulación de la sangre y se trata de un problema circulatorio.

El paro cardíaco se origina por un mal funcionamiento del corazón y este cesa sus funciones de forma abrupta y deja de latir. En este caso, si no se trata inmediatamente, puede producir la muerte en la persona.

Ahora bien, un infarto al miocardio puede ocasionar un paro cardíaco, ya que el corazón deja de funcionar correctamente y puede dejar de latir de forma repentina, debido a las irregularidades del ritmo cardíaco, llamado arritmia. La muerte sobreviene minutos después que se paraliza el corazón.

Cómo prevenir los ataques cardiacos

Los infartos al corazón se deben considerar como una emergencia médica que, al ocurrir de forma intempestiva, pueden ocasionar la muerte sino se tratan de inmediato. Por tal razón, en el momento que se presenten los síntomas, se debe acudir a un centro de salud a la brevedad posible.

Los síntomas de infarto pueden variar de acuerdo con cada persona, por lo que debemos estar atentos a nuestro organismo y en especial si se presenta más de uno.

Algunos de los principales indicios de estar sufriendo de un ataque al miocardio, son:

  • Nauseas, mareos, indigestión, dolores abdominales.

  • Dolor o presión en el pecho que puede extenderse a los brazos, especialmente el izquierdo, al cuello espalda, parte superior del estómago y mandíbula.

  • Sensación de fatiga y falta de oxígeno.

  • Sudor frío, cansancio, dificultad para dormir y falta de energía.

Si la persona ya ha tenido un ataque cardíaco, es posible que no se presenten los mismos síntomas nuevamente.

La mejor forma de prevenir los infartos al miocardio, es mejorando nuestra forma de vida, con el fin de disminuir los factores de riesgo y aumentar las posibilidades de vivir por más tiempo.

Hay que evitar el consumo en exceso de bebidas alcohólicas, el tabaco y las sustancias ilícitas, ¡y comamos más sano. Es importante controlar la ingesta de grasas saturadas y no consumir más de 300 mg de colesterol diarios.

Debes incluir en tu dieta diaria verduras, legumbres, frutas y sobre todo mucha cantidad de agua. Además, evita s consumir alimentos procesados y bebidas carbonatadas. Por otro lado, debes realizar ejercicio moderado al menos 2 horas y media a la semana.

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