Todo lo que debes saber sobre la malaria
La malaria es una enfermedad de tipo infecciosa que es producida por un parásito perteneciente al género Plasmodium. Esta afección también es conocida como Paludismo, Fiebre de la Jungla o Ague y es más común en países con climas tropicales y subtropicales, siendo menos frecuente en zonas con climas templados.
De hecho, la malaria es considerada como una de las enfermedades debilitantes más importantes, con un estimado de defunciones producidas de 400.000 por año. Aunque esta cifra, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), superó las 600.000 muertes en el año 2020.
Causas de la malaria
La malaria es causada por parásitos pertenecientes al género Plasmodium, siendo las especies Paslmodium vivax y Plasmodium falciparum de las más peligrosas y mortales que pueden afectar a los seres humanos.
Así, Plasmodium vivax es el parásito que más prevalece en territorios externos al África subsahariana, mientras que el Plasmodium falciparum es el dominante en el continente africano.
En cuanto al contagio, los parásitos son trasmitidos a través de vectores, más específicamente por las hembras de diversos mosquitos Anopheles, los cuales están prácticamente extendidos por todo el mundo.
Aun cuando gran parte de los casos de malaria son resultado de la transmisión vectorial, también son posibles otras formas de contagio entre personas:
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Mediante las transfusiones sanguíneas, cuando el donante ha padecido de paludismo.
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Por trasplante de órganos.
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De forma congénita, es decir, durante el embarazo de la madre al feto por vía placentaria.
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Por uso de agujas en individuos drogodependientes.
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A causa de mala praxis en centros o procedimientos médicos.
Principales síntomas
El paludismo es conocido por ser una afección febril aguda, donde la fiebre alta y los escalofríos son comunes. Además, entre la sintomatología que puede presentar un individuo con esta enfermedad, están:
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Sensación general de malestar.
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Diarrea.
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Náuseas y vómitos.
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Fatiga.
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Dolor de cabeza.
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Tos.
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Respiración rápida.
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Dolor articular o muscular.
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Frecuencia cardíaca acelerada.
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Dolor abdominal.
Con la malaria, los síntomas tienden a aparecer algunas semanas luego del contagio, aunque ciertas clases de parásitos de este pueden mantenerse latentes en el organismo hasta por un año.
Además, algunos individuos con paludismo pueden experimentar ciclos o episodios de la enfermedad. Estos ataques pueden comenzar con temblores y escalofríos, apareciendo luego la fiebre alta con sudoración y luego un regresa a la temperatura normal.
Prevención de la malaria
Los métodos empleados en la prevención de la malaria son variados, incluyendo desde el control de los mosquitos, hasta prevenir las picadas y el uso de medicamentos y vacunas.
Control de los mosquitos
Al ser una enfermedad infecciosa principalmente transmitida por vectores, su prevención está estrechamente relacionada con el control de los mosquitos.
En este sentido, el control de mosquitos busca la administración de la población de estos insectos para disminuir su impacto en la vida humana. Puede incluir monitoreo, reducción de fuentes de cría, fumigación, biocontrol y otros.
Métodos individuales
El uso de insecticidas, repelentes, mosquiteros y ropa protectora ayuda a prevenir de manera individual el riesgo por picadura de vectores infestados.
Medicina preventiva
Generalmente, los medicamentos empleados en la prevención de la malaria son los mismos aplicados para su tratamiento. Estos pueden ser recetados por personal médico con meses de antelación ante la planificación de viajes a lugares donde el paludismo es común. De hecho, la administración debe ser antes, durante y luego de la estadía en el sitio.
Vacunación
Recomendada su administración a menores que habitan en zonas donde el contagio es moderado o elevado. La vacuna antipalúdica consigue reducir de forma significativa la incidencia de la enfermedad, al igual que el carácter grave o mortal en niños.