Ónice
Ónice u ónix.
El ónice u ónix es una variedad opaca y semiopaca de calcedonia se distingue por su intenso brillo. Especialmente apreciada por los romanos, esta piedra preciosa suele presentar encantadoras bandas de diversos colores.
Características del ónix.
El nombre de ónice deriva de la palabra griega onyx, que traducida al italiano significa garra o uña. En realidad, este término se utiliza para indicar dos tipos de roca completamente diferentes, a saber, el ónice silíceo, generalmente negro con vetas blancas, parecido a la calcedonia, procedente de México y Brasil, y el ónice calcáreo, también conocido como ónice alabastrítico, ónice egipcio u ónice etíope, procedente de Pakistán y Montaione.
Mineralogicamente, se clasifica como una variedad de calcedonia, es decir, cuarzo en masas microcristalinas compactas de tonalidad opaca o semiopaca uniforme. Como todas las variedades de cuarzo, se caracteriza por su elevada dureza, que oscila entre 6 y 7 en la escala de Mohs.
Todos los colores de calcedonia en la antigua Grecia eran llamados ónix. Más tarde, los romanos adoptaron este nombre exclusivamente para las gemas de calcedonia de color marrón oscuro y negro. Al igual que el Ágata, también es una piedra preciosa rayada.
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Los antiguos romanos utilizaban la glíptica en el arte de la talla.
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Esta elección se debe a las diferentes capas de color que la distinguen.
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La parte elevada, que suele ser de color más claro, se distinguía claramente de la parte más oscura, lo que daba lugar a bellas tallas.
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Aprovechando la técnica de la talla, los romanos realizaban cameos que representaban personas o escenas famosas. La variedad rojo-marrón con bandas blancas se conocía como Sardonice.
Esta piedra preciosa suele formarse en un entorno hidrotermal filoniano o, más esporádicamente, dentro de rocas sedimentarias donde se presenta de forma estratificada y masiva, adoptando el nombre de sílex. La extracción de la gema se realiza en India, Brasil, Uruguay y Madagascar.
¿En qué se usa el ónix?
Su grano fino y su color negro, el más común, hacen que el ónice sea especialmente adecuado para el trabajo de los grabadores. Resulta ser un fondo ideal sobre el que colocar piedras más claras y brillantes.
Además de su uso generalizado en la cristaloterapia, también se utiliza en la práctica para crear muebles retroiluminados que dan armonía y luminosidad al entorno, así como revestimientos de suelos y paredes (especialmente en el baño), objetos de diseño y joyas preciosas. El ónix negro también se utiliza mucho para el grabado. Por ser especialmente valioso, bello, luminoso y duradero, el ónice siempre ha tenido mucho éxito en muchos ámbitos y se considera una de las piedras naturales más famosas y explotadas del mundo.
Es posible reproducir el ónice rayado a partir de calcedonia no zonificada y monocromática sumergiendo un bloque de paralelepípedo en una solución de cloruro de amonio y cobalto hasta que se vuelva negro.
A continuación, se elimina este colorante en un espesor milimétrico con ácido clorhídrico y se corta el bloque de manera que la capa negra bajo la capa blanca tenga un aspecto rayado. En cuanto a su limpieza, ésta puede realizarse de forma normal o de forma más cuidadosa con ultrasonidos o vapor.